El desarrollo de las preferencias alimentarias comienza muy temprano, incluso antes del nacimiento. Pero los gustos y disgustos cambian a medida que nos convertimos en adultos, aunque a veces hay algunos alimentos que nunca nos gustan. Detrás del suministro de alimentos disponible para cualquier individuo, se esconde una mezcla de influencias biológicas, psicológicas, sociales, culturales e históricas.
La comida es muy importante porque simplemente no podemos vivir sin ella. A veces las personas se ven obligadas a comer alimentos que no les gustan porque es lo que tienen disponible en este momento. Al menos el 50 por ciento de los ingresos se gasta en alimentos en países subdesarrollados, y a veces más que eso, mientras que los países ricos gastan menos de una cuarta parte. Entonces la gente hace lo que puede para sobrevivir.
Pero las personas siempre tienen sus preferencias. Recuerdo una historia que mi madre siempre cuenta: "Me encantaban los aguacates, pero cuando estaba embarazada de tu hermano, por alguna razón no los podía comer". Resulta que mi hermano desprecia los aguacates y nunca los ha comido. A mí me encantan los aguacates, siempre me pregunto ¿cómo es que no le gusta algo tan bueno y saludable?.
Las preferencias de sabor tienen un fuerte componente innato. Las sustancias dulces y saladas se prefieren de forma innata, mientras que las sustancias amargas y muchas sustancias ácidas se rechazan. Sin embargo, estas tendencias innatas pueden ser modificadas por experiencias pre y postnatales. Los componentes del sabor, detectados por el sistema olfativo, están fuertemente influenciados por la exposición temprana y el aprendizaje que comienza en el útero y continúa durante la alimentación temprana de leche (leche materna o fórmula). Estas primeras experiencias preparan el escenario para elecciones alimenticias, son bien importantes para establecer hábitos alimenticios de por vida.
El comportamiento humano siempre se enfoca en seleccionar la mejor comida posible descubriendo qué es y qué no es comestible, y qué combinaciones son buenas y cuáles no. Es sin duda un tema muy interesante, ¿cómo en realidad decide tu cuerpo qué alimento es bueno para ti? No hay una respuesta concluyente. Algunas personas absolutamente desprecian alimentos que a otros les encantan. Es algo que necesita ser investigado más.
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